Tu silueta desnuda sorprende a la belleza.
Así se pierden los buenos modales y las malas costumbres.
Me miras a velas inmovilizando el momento.
No puedo huir y navego sin aliento hacia tu boca hinchada.
Tu arroyo me desboca y te dejas galopar.
Suave, me deslizo por tu vientre que se mueve en atrevida danza. No dejas de hablarme, no detengo mis manos para entrar en sintonía en busca de ese fuego que humedece mi entrepierna.
Te alcanza mi tormenta de actitud felina engendrando los morados en esta libertad para el juego del amor.
Lo celebras a gritos que sudan enredándote a mis relámpagos, los que sacuden para rendir homenaje a este óleo que acabamos de pintar…
Así se pierden los buenos modales y las malas costumbres.
Me miras a velas inmovilizando el momento.
No puedo huir y navego sin aliento hacia tu boca hinchada.
Tu arroyo me desboca y te dejas galopar.
Suave, me deslizo por tu vientre que se mueve en atrevida danza. No dejas de hablarme, no detengo mis manos para entrar en sintonía en busca de ese fuego que humedece mi entrepierna.
Te alcanza mi tormenta de actitud felina engendrando los morados en esta libertad para el juego del amor.
Lo celebras a gritos que sudan enredándote a mis relámpagos, los que sacuden para rendir homenaje a este óleo que acabamos de pintar…