La tormenta que acaricio en mis horas me atraen a tu abismo. El vértigo se pasea compartiendo los roces del corazón, tímidos destellos que acercan al mismo tiempo. Destapamos heridas dispares en largas horas de sudor que yo celebro. Desvelo tus inquietudes escuchando sublimes salmos de amor aterrizando plano y liso, aunque también me estrello en algunos lugares que no acostumbro. Te enciende mi presencia y te quema mi invasión. Me adviertes, pero te dejas. Me seduces sin barreras raptando tus palabras tristes en mis estaciones cálidas. Te abres a mis manos que resbalan rincones, mi perfume ya habita en tus días. No quieres hablar, no quiero callarme. Los demonios aparecen, se cruzan y desorientados caminan por las cenizas de tu almohada escurridas en el suelo, buscando una razon.
Despues de la guerra, calma... Despues de la calma, todo... Despues de todo,... tu.
2 comentarios:
Suave, tierno. Hay tormentas que son maravillosas, caminos que se cruzan confusos. Vive, siente, disfruta. La poesía de esta casa es un placer :)
Verdemarycielo: Totalmente de acuerdo. La casa esta llena de poesias, (y de cajas... ja ja). Saludos...
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