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2 de mayo de 2014


Tu presencia me altera.
Tu olor provoca el desvelo de mis manos. 
Ausencia de talento para manejar mis labios, abofeteando este enredo compartido.

Mojas tus dedos en mis labios, respirando la humedad que nos domina, para que lo cotidiano escupa recuerdos dispuestos a suavizar nuestro ordenado caos.
Mis ojos leen mas que tus deseos, dejando sin fuerzas los minutos de un reloj que de reojo nos cela.