He respirado hondo para que mi alma se oxigene.
He llorado tanto y de tantas maneras para que mi cuerpo se limpie de tanto tiempo a oscuras.
He alimentado mis fuerzas con tenacidad y fantasías.
He logrado perdonar el difícil trago de la angustia para encontrar la paz y volver al camino después que los atajos me perdieran.
He roto la cuerda y he vuelto a empezar. He sabido esperar, he besado el infinito y la eternidad hasta sonreír en cada estación del año.
He vuelto y estoy a mano con la vida y conmigo. He abierto mis ojos porque estaba ciega.
Tenía doler, tenía que sangrar, tenía que perder para ganar una oportunidad en tu viaje. Ahora puedo apostar por mis sueños.
Aqui me tienes,... lustrosa, brillante y con todas las ganas que merece tu cielo de pocas estrellas... suficientes para no encandilarme...
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