Archivo del blog

29 de abril de 2021

 Sueño que te encuentro y te abrazo, que mi cuerpo se estremece al sentir el tuyo. Sueño que mis manos se entrelazan con las tuyas, que te aprietan para no dejarte escapar. Sueño que me acerco a tu boca, que te miro, que sonríes, que por fin se rozan nuestros labios.


El verano empezó antes de tiempo. Despertó letal y a la rutina se sumaron tardes atípicas de playa donde el mar era el impulso refrescante y no tanto disfrutar del sol... 
Saturno y el sol tímidamente se acercaron en conjunción, imaginaron una constelación uniendo el tiempo en otra galaxia,... hasta que llegó la luna llena. 
Entonces ahí el aire empezó a sentirse acorralado, un temporal de arena cerró mis ojos. El otoño palideció mi rostro cansado y de repente hizo frío, mucho frío... Sacudiendo la rabia,... el invierno fue real.. 
El cielo lloró toda una tarde en que también  podría haber salido el sol...
 Y lloró tanto que un iceberg se partió en dos...
Y lloró tanto que un alud de lodo se despertó, quitándole el collar a la ilusión. 
Y lloraron tanto los días que empañaron el sueño en que mis manos se entrelazaban con las tuyas.
Y poco a poco un puñado de lágrimas del otro lado de la luna, desfiguraron el espacio que había entre sol y Saturno.
Y de repente ya no hubo espacio.
Y de repente ya no hubo sol... 
Y de repente, solo hubo silencio.