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29 de agosto de 2007

No busques poner palabras cuando mis brazos te aclaman. Alcanzas la órbita de los instintos, pervirtiendo el ozono de mi pericardio, cansado y aturdido. Nada es en vano porque ahogas mis risas abiertas de mañanas frescas,… de sudores de humo y sexo. Tu voz alinea la cavidad de mis oscuros silencios, eclosiona mis neuronas de verdades para buscarte en la vida. Dame truenos que duelan, dame soles que no solo me enciendan, dame algo que se dispare en mis venas y evite esta anestesia que mastica cada paso en mi rutina. Bajo la pena, amarro sencillez. Bajo mi piel te cuelas tu, quebrando toda ley. No pretendo olvidar de donde vengo. Las palabras son bellas, si las logramos escuchar. Los matices no importan si nos cobijan del invierno. Los colores no hacen falta si logramos sobrevivir…

24 de agosto de 2007

La muerte acarició mis aires inexpertos ante la brutalidad de tan sorprendente bofetada. Sentir que el sueño eterno nos saluda desde la acera de enfrente, golpeando a alguien que conocimos, nos rebobina la película en el tiempo, infinitos recortes de momentos ya olvidados.
La ruleta rusa va a su antojo. Las balas se disparan al azar a ese destino, a lo que hemos podido improvisar sin haber aprendido. Existe un ganador que ahora esta ausente. ¿Dónde el cielo y el infierno? ¿Dónde la paz, dónde el dolor?
No puedo encajar esta pieza en mi puzzle emocional. Me repliego. Espero agazapada la próxima jugada. Nada importa si no nos mueve algo que dé sentido a esta injusticia racional.
El tiempo. Efímero. Cruza la línea de la vida. Se instala el dolor en el cuerpo y en la mente de quienes formaron parte de nuestro mundo. El decreto de la noche nos hace pensar. Todo importa, o quizás ya no. Todo puede cambiar en un soplo mezclado de risa y llanto, por eso no tengo derecho a quejarme.
Es tiempo de mirar hacia dentro. Es tiempo de respirar.

10 de agosto de 2007

El elixir de mi mente me arrastra solapadamente hacia esa puerta que tus ojos me obligan. Tengo opción, pero no quiero perder el encanto de las emociones que se desperezan ante tal despliegue planetario. Las palabras no tienen voz, pero si brazos que estrechan tu cuerpo junto al mío. Están atentas a tu ruido y se cubren para quemarse en este papel que resucita mis horas muertas. Cierro los párpados y me disparas a tientas, alcanzando mis ansias de florecer alegrias... ¿Porque quieres palabras si te lo cuentan mis días?

8 de agosto de 2007

Contigo la calma después de la guerra. La ternura, lo delicado, lo cotidiano sin apuro. Me apeo en el aire que desprendes, me arrodillo a lo sagrado secuestrando tus fríos pies descalzos entre sábanas arrugadas. Nada se confunde cuando sobran risas y complicidades. Todo se confunde si nos dejamos llevar por este torrente compartido.
Contigo la vida misma, así de simple, dosificando momentos que agradezco, manos que se estrechan reconociéndose cuando todo vale, y un sin fín de canciones alimentando el alma.
Contigo todos los sismos, los mares agitados y la lluvia, el fuego de la tierra, el orden y el caos.




Yo puedo hacer - Ricardo Montaner

Yo puedo hacer, que las violetas abran hoy como a las diez, que la luciernaga no apague hasta que pase el tren y que septiembre en adelante caiga 8 todo el mes. Yo puedo hacer, que los deshielos de mi alma no te mojen, que las provincias de tu cuerpo se rindan, a mis versos y el arco de iris te sorprenda en blanco y negro. Yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mio, que tus tristezas sean mis tristezas, yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta. Yo puedo hacer, de cada dia tuyo un siglo mio, de cada sueño tuyo un sueño mio, yo puedo hacer, que veas amanecer con un suspiro. Yo puedo hacer, a los costados de tu cuerpo mi remanso y en los balcones de tu pecho mi cabaña y en el invierno de los pozos de tu rio beber agua. Yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mio, que tus tristezas sean mis tristezas, yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta. Yo puedo hacer, de cada dia tuyo un siglo mio, de cada sueño tuyo un sueño mio, yo puedo hacer, que veas amanecer con un suspiro. Yo puedo hacer, que tu camino sea igualito al mio, que tus tristezas sean mis tristezas, yo puedo hacer, que el cielo se traslade hasta tu puerta. Yo puedo hacer, que las violetas abran hoy como a las diez.

7 de agosto de 2007

Tormenta

La tormenta que acaricio en mis horas me atraen a tu abismo. El vértigo se pasea compartiendo los roces del corazón, tímidos destellos que acercan al mismo tiempo. Destapamos heridas dispares en largas horas de sudor que yo celebro. Desvelo tus inquietudes escuchando sublimes salmos de amor aterrizando plano y liso, aunque también me estrello en algunos lugares que no acostumbro. Te enciende mi presencia y te quema mi invasión. Me adviertes, pero te dejas. Me seduces sin barreras raptando tus palabras tristes en mis estaciones cálidas. Te abres a mis manos que resbalan rincones, mi perfume ya habita en tus días. No quieres hablar, no quiero callarme. Los demonios aparecen, se cruzan y desorientados caminan por las cenizas de tu almohada escurridas en el suelo, buscando una razon.
Despues de la guerra, calma... Despues de la calma, todo... Despues de todo,... tu.