Un nuevo año comienza con aires renovados. Los deseos se vuelven tangibles.
Llegas a creer que has encontrado esa fórmula que buscaste a lo largo de caricias y golpes. De restar y sumar amigos. De perder, para ganar sin llegar a una meta. De sacrificar ángeles, suplantándolos por duendes…
Ahora te miro y puedo detener el tiempo. Me paro a pensar... Invades mis recuerdos y rebobino los días que tuvieron que sumar para llegar aquí. Ahora todo tiene un sentido desigual. Tanta osadía diluyó las notas creando un silencio, que acurrucó mi piel en tu costado.

Por eso busco cuando te marchas, sigo el rastro que dejan tus alas, enredando lo incierto y suavizar rutinas. El tiempo nos dará la razón, se equivocó porque el verdugo y la víctima vivían en la misma piel...

Abro ventanas y ya no hace frío. Me lanzo al vacío. Devoro la vida contigo.