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19 de marzo de 2008

Es curiosa la variedad de silencios que conviven en mi costado. Marcan una secuencia que acaricia o golpea. Oportunamente moldean posturas que dicen cuando callan dos. Silencios que no quiero oír, los que no entiendo si respiro respuestas, los que ya no me importa preguntar. Algunos corrosivos, los que echaron por tierra pilares de fuertes vínculos. Los que ahora me hacen estar alerta donde creía estar a salvo.
La variedad de silencios son tantos y tan completos que ya no les temo. Estrechan sus brazos, empuñando una pausa musical que suprime escalones. Ahora se resguardan con los tuyos. Murmuran lo que no necesito decir. Se revelan desafiando a todo diccionario que no sepa escuchar.

2 comentarios:

lucero dijo...

de los silencios tb se aprende mucho, seguro sacas algo positivo de ellos.
besos

fiorella dijo...

Los silencios dicen tanto,tanto.Un beso