No quiero verte,
no quiero ni luz, ni sombra ...
No quiero acercarme, ni tocarte,
ni morder tu boca,
no quiero enloquecerte.
Mezclando horas de insomnio,
la fragilidad está en exposición permanente.
El miedo se tranquiliza al escucharte,
pero el coraje se instala en las rodillas,
mientras la virtualidad se hace presente...
Ni te pienses verme,
ni a la luz, ni a la sombra,
Ni te acerques,... y ni se te ocurra tocarme,
No te atrevas a morderme,...
ni mucho menos enloquecerme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario